Los vecinos llevaban años trasladando sus quejas al Ayuntamiento por su estado ruinoso. Las continuas caídas de tejas al camino hacían pensar que cualquier día habría algún herido.
En vista que sus dueños no pusieron remedio el Ayuntamiento procedió a su derribo.
Todos pueden tener su propiedad como mejor les guste o puedan, allá cada cual, lo que no se puede es poner en peligro a los demás
En la foto se ve el antes y el despúes
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